domingo

#06: Especismo

#El simulacro de hoy: especismo.
"¡Sacrificadme!" ¿Quién le dice que no a este adorable conejete?
#Hoy, defiendo el "especismo" por nombrar de alguna forma la idea opuesta a la última. Debo admitir que aunque para el anterior me dolió el alma al decir que la comida vegetariana no tiene nada que envidiar en sabor (de hecho no pude evitar algún sarcasmo), la última apología me resultó bastante convincente, y me he tenido que esforzar para diseñar la base argumental de ésta con un balance entre ser persuasiva y divertirme llevándolo al extremo de vez en cuando. # Fuentes #

Hay veces en que se nos olvida quiénes somos, cómo hemos llegado hasta aquí y cómo nos seguimos manteniendo. Hemos alcanzado nuestro trono pisando las cabezas de los demás, sobreviviendo a dificultades, enfermedades, amenazas que hemos erradicado sin piedad y si no lo hubiéramos hecho, probablemente ya nos habríamos extinguido. Para sobrevivir tenemos que trazar una línea entre lo que somos nosotros y lo que no, y defendernos de lo que está fuera. No nos podemos permitir una piedad universal sobre todas las criaturas: ¿a alguien le apetece que le coman las ratas? La división entre lo que aceptamos o no como igual no es universal, y es un error creerse superior e imponer una determinada línea sobre los demás a cualquier precio, generalmente de la forma más molesta posible y odiando al resto de la humanidad; así se comportan los activistas veganos.

Lo único que está claro es el límite entre los humanos y los que no lo son. Los humanos tenemos razonamiento, sensibilidad, capacidad analítica con puntos necesariamente comunes. Si empezamos a debatir sobre similitudes, grado de evolución de la capacidad nerviosa, sentimientos y emociones... no llegamos a ninguna parte, no podemos ser un conejo durante un ratito para saber si siente como nosotros: la empatía es subjetiva, podemos "ver" sentimientos en una conducta instintiva de la misma manera que "vemos" una cara en tres trazos dibujados.


¿Vas a reciclar este folio? ¡MONSTRUO! ¡El monigote también tiene derechos!

La distinción que muchos hacen normalmente es la del reino animal (a lo que también podríamos preguntarnos qué pasa con los derechos de los pobres vegetales, organismos unicelulares y hongos... ¿¡Es que nadie piensa en las pobres setas?!). Pero tenemos poderosas razones para no dejar de lado el control sobre el reino animal, aparte de por la amenaza que puede suponer, por el consumo. El ser humano fisiológicamente es omnívoro, por mucho que los veganos se empeñen en lo contrario; fue fundamental el consumo de carne en nuestra evolución y aún hoy en día prescindir de ella conlleva necesidad de suplementos artificiales o alimentos manipulados, caros y con disponibilidad geográfica condicionada. Los médicos saben de las carencias que conlleva (difícil absorción de vitaminas tipo B, calcio, hierro...) y desaconsejan la dieta vegetariana, especialmente en situaciones delicadas como infancia, embarazo, lactancia, etc.

Además, los suplementos y alimentos exóticos que acompañan la dieta vegana tienen un coste extra, no sólo económico, sino también ambiental. En general, todo cultivo artificial tiene un impacto, y también sobre los queridos animalitos. El vegano que disfruta de su aromática hamburguesa de tofu satisfecho de que no venga de un sacrificio bovino, probablemente no piensa en que la plantación para producirlo y los sistemas para procesarlo y transportarlo conllevan la destrucción del hábitat y la muerte de multitud de insectos, reptiles, roedores y demás criaturas con ojitos que podrían amenazar la producción de las plantas que consumen. ¿Qué tiene menos impacto sobre el ecosistema, comer derivado de soja importada de Brasil o un filete de pollo criado por tu abuela en el pueblo?

Este ratoncito murió salvajemente atropellado por un camión 
que transportaba soja. ¡VEGANOS DESPIADADOS!

He dejado para el final el argumento más efectivo de todos porque por desgracia, pierde fuerza al no poder mostrar en persona al lector el aroma y el sabor de un exquisito filete de carne de calidad, hecha al punto y bien sazonada: en tal caso, me habría ahorrado el discurso. Algo dentro de nosotros claramente nos dice que lo natural es consumir carne; o lo grita a los cuatro vientos, según el hambre y la calidad de lo cocinado.

Dejémonos de tonterías impuestas y predicadas orgullosamente por recientes conversos de la soja y la alfalfa, que ni siquiera han evaluado realmente las consecuencias de su estilo de vida. No nos aporta nada tener una hipersensibilidad sin un fundamento sólido, que nos complica la vida y nos perjudica de forma innecesaria: pensemos realmente en qué somos y qué necesitamos y seamos consecuentes con ello. Sostener y mejorar el control sobre el reino animal supone dominar lo que nos amenaza y lo que nos sustenta, y es fundamental para mantener nuestro lugar en el mundo.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

2 comentarios:

  1. Plas plas plas.

    No me puedo creer cómo los veganos nos quieren dictar que matar animales para comerlos está mal, y sin embargo no le dicen a los animales que matarse entre ellos para comerse está mal. ¿Por qué ibamos a ser menos que el resto de los animales? ¿Nos hemos convertido en una especie tan estúpida como para no seguir las reglas del mundo animal?

    PD: Echo de menos mi sensación de tranquilidad al encontrar polacas locas en la discoteca y distinguir quiénes son a simple vista.

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    1. Lo que comentas también tuvo lugar preferente en mi baraja de razonamientos, pero al final decidí no ponerlo y dejarle sitio a otras razones, ya que es fácil de desmontar con el contraargumento de que lo que nos diferencia de ellos y nos impide hacer eso es la ética. En cambio, lo bueno que está un filetaco de karkówka no se puede rebatir.

      PD.- Karkóóóówka...
      PD2.- No te preocupes, incluso aquí las locas siempre nos acabamos manifestando.

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