miércoles

#05: Veganismo

#El simulacro de hoy: veganismo.
Os amo a todos y no como nada que arroje sombra.
#El tema de hoy se me hace especialmente difícil porque aunque me encantan los animalitos y esas cosas me gusta más un filete que a un moderno un frapuccino. De hecho, he tenido que documentarme en alguna que otra fuente - que aviso, no me he molestado en contrastar porque me suena más o menos el orden de magnitud de alguno de los datos, y no me voy a quebrar tanto la cabeza para esto. #


El señor Darwin aún es vilipendiado por mucha gente porque nos enseñó una lección de humildad muy grande; tan grande, que no todo el mundo ha sido capaz de asimilarla. La lección, en resumidas cuentas nos viene a decir algo así como "quién te has creído tú que eres, que has seguido el mismo camino que el resto de criaturas sobre la Tierra, no eres más que un chimpancé pelado". Pese a que la civilización global ya ha asumido esa premisa, ha sido incapaz de ser coherente sobre ella. Tantos siglos de enseñanza sobre la ética y la moral y no hemos sido capaces como sociedad de tratar como iguales a criaturas que sabemos equivalentes en origen, que sienten placer y dolor y buscan cariño como nosotros, y algunas que incluso muestran inteligencia hasta más que algunas personas.

Algunos trazan una línea en la capacidad de razonar para calificar como inferiores al resto de especies, como si supieran cómo funciona el fuero interno del pobre corderillo que devoran en las fiestas. Es un poco arrogante, por no decir creerse Dios, ser juez y verdugo de estas criaturas siendo incapaces de conocerlas realmente, de saber qué sienten. Se ha comparado la inteligencia de varias especies animales con la de infantes de corta edad, pero los infantes no nos los comemos, ni los usamos sin pudor para crueles experimentos, ni les arrancamos la piel para hacer suaves abrigos de culito de bebé ¿no?


¡Ay que me lo como! Total, si ni siquiera sabe contar.
Además, somos todos incapaces de comernos a nuestras mascotas. En las civilizaciones donde el perro es animal del hogar, servirlo como comida es un acto atroz cuya indiferencia es digna de un positivo en test de Voight-Kampff. Vamos, que este animal me lo como porque me es indiferente, pero éste no porque me cae bien. ¡Viva la coherencia! ¿En serio hemos tenido tantos siglos de elaboración de la ética y el uso de la razón para mantener vigentes estos principios? Lo peor es que lo sabemos pero hacemos la vista gorda. La mayoría se comen un corderito asado con mucho gusto, pero se desvanecen si ven matarlo y mucho menos son capaces de matarlo ellos mismos; y sin darse cuenta de que quizá hay algo que falle en esa lógica, que el fin no justifica los medios. 

Especialmente hoy en día que hay alternativas de sobra. Incluso sin contar los suplementos dietéticos, hay opciones de sobra en el mundo vegetal para suplir los nutrientes que la carne proporciona: legumbres, tofu... Respecto del sabor, para gustos colores; hay infinidad de restaurantes especializados y recetas exquisitas elaboradas únicamente con vegetales, y más ahora con internet y todo al alcance de nuestra mano: el problema es el prejuicio de que significa comer insípido césped toda tu vida. Nada más lejos de la realidad, los brotes de alfalfa son exquisitos. Ser vegetariano no es una penitencia, y cada vez menos, ya que es una tendencia cuya aceptación es creciente, con número de adeptos e ideas nuevas en aumento.


Homer Simpson contemplando el menú de un buen restaurante vegetariano.
Lo mismo que con la comida sucede con la ropa, donde hay cada vez más materiales sin procedencia animal igualmente eficaces. Pero es que ya no se trata únicamente de empatía con el animal, sino de optimización de los recursos. Para 1 kg de carne bovina, por ejemplo, hace falta desechar 15 kg de pienso. Así, por ejemplo, una hectárea de terreno cultivado con espinacas puede llegar a producir hasta veinte veces más proteínas de las que nos podría suministrar una vaca que se alimentara de ella. Incluso obviando la reducción de dióxido de carbono, cualquier producto animal tiene un impacto ecológico mayor y un rendimiento menor que un producto vegetal, por la simple razón de que tiene que perder la energía correspondiente a pasar por un eslabón más de la cadena alimentaria. 

Empatía, ética, coherencia, eficiencia: cualquier argumento es válido para optar por el estilo de vida vegano. Las únicas razones posibles para rechazarlo son el desconocimiento y la desidia: habiendo opciones para evitarla, continuar una actitud que sabemos reprobable nos convierte en seres infames. No deberíamos dejar que esto continúe. Luchemos por el respeto hacia las demás especies animales y por la coherencia ética y moral: es el amor y la empatía hacia los animales, y no imponer un sometimiento caprichoso y violento sobre ellos, lo que nos hace realmente humanos.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.

Krysia

2 comentarios:

  1. Plas plas plas.

    Es increíble cómo el ser humano puede desprenderse de todo aquello que nos convertía en primitivos hombres de piedra para con el resto de seres humanos y no para otras criaturitas a las que cebamos para matarlas como si de un cuento infantil se tratara. Somos brujas.

    PD: Echo de menos el zurek staropolski.

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  2. Ciertamente, el carnivorismo es cosa del pasado, ¡es hora de evolucionar! Unas cuantas generaciones de veganos más y seremos capaces de desarrollar modificaciones fisiológicas de herbívoro, que nos permitan prescindir de suplementos y optimizar nuestra alimentación. El veganismo es el futuro.

    PD: Hoy mismo me he tomado un zurek y se me ha quitado hasta el dolor de cabeza con el que me levanté. Con razones así difícilmente me voy a hacer herbívora.

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