No sé quién es esta sonriente señora, pero me gusta como portada. |
Qué entrañables son los hombres que aluden al evolutivismo para afirmar la supremacía del macho. Dan ganas de darle una palmadita en la espalda o, para ser más explicativos, una patada en las gónadas, mientras les dices, con amor, que si nos ponemos en términos biológicos y evolutivos la única que tiene valor es la mujer y el hombre solamente es un portador de eso que le acabas de patear. Una vez cumplen la función de la reproducción, una hembra lo suficientemente válida es capaz de criar a los hijos por sí misma; otra cosa es que alguna vez que otra hayan echado una mano y que les hayamos cogido cariño a las bolsas de semen con extremidades, por eso siguen ahí.
Lo único con lo que cuenta el hombre de lo que carece la mujer es un pene. Fuera de los caracteres sexuales, prácticamente todas las presuntas diferencias entre géneros son irrelevantes a efectos prácticos, o directamente inventadas, originadas y cultivadas por el acervo cultural que se nos mete en la cabeza desde que nos incorporamos a la sociedad: el único momento en el que somos libres es en el ratito entre que nacemos y se nos ponen los primeros patucos rosa. Ahí empieza la violencia sesgada hacia nosotras, abanderada por ese color del infierno, que viste cocinitas, Nenucos y Barbies mientras nuestros compañeros juegan con coloridas y estimulantes máquinas, mecanos, juegos de construcción.
¿Cómo demonios vamos a desarrollar visión espacial jugando a esta mierda? |
El ser humano está bastante mal organizado en cuanto al lugar del macho: los animales realmente gregarios, como las hormigas y las abejas, funcionan perfectamente porque sólo hay unos pocos machos y únicamente para la reproducción. ¿De qué nos sirve ya cohabitar con criaturas salvajemente dominadas por sus pulsiones sexuales - al fin y al cabo, reproducirse era su única misión -, menor resistencia a las enfermedades, menor tolerancia al dolor y más baja esperanza de vida? Hoy en día la técnica ya permite librarnos en gran medida de la dependencia de ellos para tener hijos, y sigue avanzando. Lo único que nos frena es el coste económico y la dependencia emocional, que todavía por desgracia algunas tienen de los hombres. Lo primero es cuestión de tiempo; y lo segundo, nada que no se pudiera solucionar, como la mayoría de nuestros problemas, con una educación no coercitiva hacia el rol de princesita y pareja de cuento de hadas.
Había ilustraciones aún mejores, pero no para todos los públicos. |
#Haya paz, esto es sólo un simulacro.
Krysia
Plas plas plas...
ResponderEliminarCinturones de castidad para todos y dominación femenina mundial. Cambiemos la constitución para poner a los hombres como esclavos.
PD: Echo de menos que Belinska quiera hacer fiestas en nuestra casa.
PD2: Te perdono por tardar tanto.
¿Qué haces aquí, Anónimo? ¡Vete a buscar una fémina a la que servir!
ResponderEliminarPD.1- Belinksa ya se ha retirado del mercado de las grupis, se deben haber quedado sin líder y confusas.
PD.2- :)